La Mariposa
Un día un hombre encontró el capullo de una mariposa que estaba luchando para salir. Se sentaba a observar mientras la mariposa intentaba salir por un pequeño hueco.
Hora tras hora la mariposa luchaba, tratando de forzar su cuerpecito a través de ese hueco pero no pudo hacer nada. Pasaron otras horas en las que la mariposa no hacía ningún progreso.
Le pareció al hombre que la mariposa había llegado a un punto en que no podía hacer más, entonces decidió ayudarla. Con un par de tijeras abrió más el hueco en el capullo para dejar que la mariposa saliera. Salió la mariposa enseguida pero con su cuerpecito todo hinchado y sus alas arrugadas.
El hombre seguía observando a la mariposa porque esperaba que en cualquier momento las alas se enderezaran para poder sostener el cuerpo que, en poco tiempo, se deshincharía; pero no sucedió, de hecho la mariposa pasó el resto de su corta vida arrastrándose en el suelo con un cuerpo hinchado y unas inútiles alas arrugadas. Nunca pudo volar y rápidamente cayó presa de otros insectos.
El hombre, en su bien intencionada bondad y afán, no había entendido que el pequeño hueco en el capullo, el cual obligaba a la mariposa a luchar tanto, fueron la manera de Dios y de la naturaleza de forzar que el líquido del cuerpo de la mariposa se pasara a sus alas para prepararse para el vuelo, una vez liberada del capullo.
¿Permites que los demás crezcan a su ritmo?
A veces no nos lo permitimos ni a nosotros mismos y de tanto forzar el capullo salimos mal parados
Feliz fin de semana
Hora tras hora la mariposa luchaba, tratando de forzar su cuerpecito a través de ese hueco pero no pudo hacer nada. Pasaron otras horas en las que la mariposa no hacía ningún progreso.
Le pareció al hombre que la mariposa había llegado a un punto en que no podía hacer más, entonces decidió ayudarla. Con un par de tijeras abrió más el hueco en el capullo para dejar que la mariposa saliera. Salió la mariposa enseguida pero con su cuerpecito todo hinchado y sus alas arrugadas.
El hombre seguía observando a la mariposa porque esperaba que en cualquier momento las alas se enderezaran para poder sostener el cuerpo que, en poco tiempo, se deshincharía; pero no sucedió, de hecho la mariposa pasó el resto de su corta vida arrastrándose en el suelo con un cuerpo hinchado y unas inútiles alas arrugadas. Nunca pudo volar y rápidamente cayó presa de otros insectos.
El hombre, en su bien intencionada bondad y afán, no había entendido que el pequeño hueco en el capullo, el cual obligaba a la mariposa a luchar tanto, fueron la manera de Dios y de la naturaleza de forzar que el líquido del cuerpo de la mariposa se pasara a sus alas para prepararse para el vuelo, una vez liberada del capullo.
¿Permites que los demás crezcan a su ritmo?
A veces no nos lo permitimos ni a nosotros mismos y de tanto forzar el capullo salimos mal parados
Feliz fin de semana
UN cuento hermoso para pensar...
ResponderEliminarBUEN FIN DE SEMANA
DESCANSA
BSS
^^
que bonito
ResponderEliminarbesos
otra moraleja, es que a veces con un poco de ayuda de alguien solucionas un problema.... no se por que siempre tenemos que esforzarnos tanto para salir....
ResponderEliminarbesiños y cuidate
y que razon hay en esta moraleja.... deberiamos pararnos un poquito y reflexionar a veces
ResponderEliminarbesitos mil wapaaa
ángeles
qué preciosidad de historia, me coges en un momento tonto y casi se me saltan las lágrimas..
ResponderEliminarun beso
Todo tiene un porqué....Besos
ResponderEliminarHola Cecilia
ResponderEliminarConozco esta historia desde hace mucho...mis padres me educaron asi y yo trate de hacerlo con mis hijos...aunque a veces es dificil.
En ocasiones la experiencia suele ser buena escuela.
Muchas gracias por compartir.
Mil besos y FELIZ DIA DEL AMIGO!
Hola Cecilia, una historia preciosa, con un un final un poquitín triste, pero tiene un significado !!!!
ResponderEliminarQue sea breve la preparación de la boda!!, y que toda salga precioso como tiene que ser ese día,
Besos.