Semana Santa y vacaciones de los peques asique todos a la sierra y como tengo unos piratillas inquietos y con ganas de hacer cosas nos hemos puesto ha hacer galletas, Cookies de pistacho y Chocolate que son muy fáciles y colaboran los tres
Lo primero ha sido pelar los pistachos y por turnos ir machacándolos en el mortero hasta hacerlos harina y unos pocos mas grandes
A partir de ahí mezclar todos los ingredientes con ayuda de la batidora, añadir las bolitas de chocolate y los pistachos mas grandes y y ha hacer bolitas para el horno y en siete minutos listas para comer
Una receta que les ha gustado mucho y repetiremos y cambiaremos algún ingrediente
y mientras esperamos que se hagan y se enfríen para comerlas vamos con un bonito cuento con mucho que aprender y pensar
El Paquete de Galletas
Había una vez una señora que debía viajar en tren. Cuando la señora llegó a la estación, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera.
Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada había pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven
Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fijamente.
El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y pensó: “No podrá ser tan caradura” mientras miraba alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de banco.
-¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta.
-De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad.
Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: “¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!” De pronto sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas intacto.
Reflexión
¡Cuántas veces nuestros prejuicios y decisiones apresuradas nos hacen valorar erróneamente a los demás y cometer equivocaciones! Cuántas veces la desconfianza hace que juzguemos arbitrariamente a las personas y las situaciones, encasillándolas en ideas preconcebidas alejadas de la realidad.
¿Os ha pasado alguna vez?
A veces debemos recordarnos el abandonar los prejuicios, limpiar nuestra cabeza de ideas preconcebidas, y prestar atención a lo que realmente tenemos delante para ver las cosas como realmente son.
Si queréis la receta de las galletas me decís y os la pongo.
Y ¿ que os a parecido el cuento? verdad que es muy interesante
Un millón de abrazos y espero que hayáis pasado una maravillosa semana
Qué ricas galletas te quedaron, me comería unas cuantas.
ResponderEliminarBesitos
Gracias guapa y si vienes te las hago 😘😘
EliminarLas galletas seguro que están deliciosas, Cecilia, y el cuento nos ha impresionado en su final y en su reflexión... Totalmente de acuerdo, cuantos clichés y cuantos tópicos con los que juzgamos alegremente a los demás...
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Gracias por vuestro comentario, es de mis cuentos de cabecera, cuentos para pensar y reflexionar Dos abrazos
EliminarLas galletas se ven deliciosas Cecilia! y el cuento una maravilla, nos ha gustado mucho la reflexión :) besos
ResponderEliminarMil gracias pareja, me alegro muchísimo 😘😘
EliminarHola Cecilia, no sé porqué tus publicaciones no me salen en mi lista de lectura, aunque me consta que te sigo hace años. Bueno he hecho un cambio, dejando de seguirte, y volviendo a hacerlo, a ver si esto hace que se actualice, y me aparecen las novedades. De todos modos estaré pendiente, siempre es un placer venir a ver tu espacio, además de ver las preciosidades que pintas, no es señas estas delicias que haces con tus piratillas, y siempre se agradece leer reflexiones, como la de hoy, que más de uno deberíamos aplicarnos para bajarnos de dónde sea que nos creemos estar, y ser un poco más humildes y más humanos, bueno en general necesitamos, la mayoría, un poco más de tolerancia y empatía, seguro todo iría mucho mejor.
ResponderEliminarBesos y gracias por compartir tus buenos deseos en forma de cuentos.
Gracias Concha por pasarte y yo soy muy de reflexionar, agradecer y apoyar y estos cuentos se los leo de vez en cuando a los peques y les encantan, algo quedara seguro y tenemos tanto que aprender cada día
EliminarUn abrazo fuerte y gracias a ti por venir a mi casita y por todo lo que me enseñas
Tus galletas tienen una pintaza increible, se me hace la boca agua y hacerlas con los piratillas aún mejor... y el cuento me ha gustado mucho!! menuda vergüenza hubiera pasado yo... besos
ResponderEliminarGracias Myriam, lo pasamos muy bien y volaron las galletas El cuento me lo recuerdo a mi misma de vez en cuando Un abrazo
Eliminar¡Que delicia!
ResponderEliminarGracias por compartir la receta.
Besitos