Yo soy mas de Café que de Te y para ambas cosas me gusta utilizar tazas bonitas, ya sea para tomarlo en compañía o sola ,conmigo misma
Este es un viejo cuento japonés que nos advierte de como los prejuicios pueden obstaculizar nuestra vida y por ende nuestro proceso de aprendizaje constante.
Un profesor visito a un anciano muy sabio con la intención de aprender de su conocimiento.
El viejo ( dando la connotación de sabio a viejo) le abrió la puerta y enseguida el profesor comenzó a conversar de todo aquello que ya sabia.
El anciano escuchaba atento y el profesor no paraba de hablar intentando sorprender al sabio con su conocimiento.
¿Tomamos un Te?._ interrumpió el maestro zen
Claro, fantástico ( dijo el profesor)
El maestro empezó a llenar la taza del profesor y cuando se había llenado, no paro.
¿Qué haces? (le dijo el profesor) ¿No ves que la taza ya está llena?
El sabio respondió muy calmado. ilustrando la situación:
Al igual que ocurre con la taza de té, tú estas lleno de tus propias opiniones, sabiduría y creencias.
Si quieres aprender algo nuevo, primero tendrás que vaciarte de ellas.
Airado el profesor se levanto y con una mera inclinación de cabeza se despidió sin decir palabra.
Mientras el maestro recogía los trozos de porcelana y limpiaba el suelo, un joven se acerco para ayudarle
Maestro ¿Cuánta suficiencia! Que difícil debe de ser para los letrados comprender la sencillez del Zen.
No menos que para muchos jóvenes que llegan cargados de ambición y no se han esforzado por cultivar las disciplinas del estudio.
Al menos los estudiosos ya han hecho una parte del camino y tienen algo de lo que desprenderse.
¿Entonces ,Maestro, cual es la aptitud correcta?
No juzgar y permanecer atento
juzgar y prejuzgar
( Ch.L)
Y con estas bonitas tazas y teteras que tanto me gustan e ilustrado este precioso cuento del Te que espero os guste
Muy feliz semana para todos-as y un millón de abrazos
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